Una de las primeras casas racionalistas de Latinoamérica es la vivienda de Victoria Ocampo ubicada en el barrio de Palermo Chico, más precisamente en la calle Rufino de Elizalde 2831 esquina Mariscal Castilla de la Ciudad de Buenos Aires. Proyectada en el año 1928 por el arquitecto Alejandro Bustillo, es considerada la primera casa representante del movimiento moderno en la Argentina. Una casa que causó gran revuelo en aquella época y que despertó polémicas y conflictos entre vecinos y autoridades municipales que no estaban de acuerdo con que una propuesta de estilo racionalista se insertase en un entorno rodeado por construcciones de estilo neoclásico francés.
Victoria Ocampo era una fiel defensora de la arquitectura moderna y manifestaba una gran preocupación por las cuestiones urbanísticas. Escritora, ensayista, traductora, editora y mecenas argentina llevó adelante una vida atravesada por la lucha de los derechos y la emancipación de las mujeres. Siendo además fundadora de la revista Sur, Victoria demostraba un gran interés involucrándose en los proyectos arquitectónicos de sus casas desafiando las limitaciones de la domesticidad con nuevos parámetros correspondientes con los roles y prácticas de los nuevos modelos femeninos de las primeras décadas del siglo XX.
Inserta en un barrio jardín de carácter residencial y alejada del bullicio de la ciudad, la casa de Palermo Chico tuvo como antecedente un proyecto de Le Corbusier que el mismo año, en base a unos croquis propios, Ocampo le había encargado en un terreno de la calle Salguero y no había llegado a concretarse. En 1930, nació en la casa la revista Sur y se volvió un punto de encuentro permanente para artistas, escritores y colaboradores dado que allí funcionaba su redacción. Fundada con el objetivo de poder difundir el trabajo de autores extranjeros y dar a conocer a los jóvenes escritores argentinos, se han publicado tantísimos textos involucrando a personalidades como Adolfo Bioy Casares, Walter Benjamin, Virginia Woolf, José Bianco, entre muchos otros.
Como testimonian sus escritos, las casas de Victoria Ocampo (además de la casa en Barrio Parque, Villa Victoria en Mar del Plata o Villa Ocampo en Béccar, entre otras) resultaron ser más que espacios vividos o de recuerdo ya que fueron sede de sus proyectos laborales constituyéndose como espacios de sociabilidad donde confluían la familia, los amigos y a su vez, grandes personalidades.
Durante la construcción de esta casa, cabe recordar que Argentina era gobernada por Hipólito Yrigoyen. En ese entonces, a nivel mundial, se produjeron diversos acontecimientos, entre ellos, la caída de la Bolsa de Wall Street, generando una falta de exportaciones, producción, empleos y una caída de los salarios que hicieron a la necesidad de contar con mano de obra local para la realización del proyecto.
En un pequeño terreno de alrededor de 900 metros cuadrados, Victoria Ocampo construirá esta casa con tres plantas principales y dos terrazas desafiando a la arquitectura que la rodeaba en un barrio en crecimiento como lo era Barrio Parque y lo que resulta más contradictorio aún es que escogerá a Alejandro Bustillo para proyectarla, un arquitecto especializado en el estilo francés. Más allá de su volumetría de vanguardia para la arquitectura de la época, los espacios interiores de la vivienda van a conservar el estilo academicista de Bustillo, quien descartó aspectos como la planta libre, las dobles alturas o la ventana corrida proyectadas por Le Corbusier.
Envuelta en una atmósfera de polémicas, el terreno de la casa mira al interior del trazado, hacia la plaza Grand Bourg, y cuenta sobre uno de sus lados con un sector de carácter público y ajardinado. Victoria buscará introducir el entorno conformado por árboles y jardines dentro de la vivienda y generar así una sensación de continuidad del interior al exterior a través de sus terrazas. La presencia de cactus tanto en su interior como exterior se encontrará en macetas, cajas de espejos y hasta sobre la mesa del comedor, entre otros sitios.
La casa se compone a partir de volúmenes puros sin ornamentos. La proporción de llenos y vacíos, el manejo de la luz natural en los espacios interiores, el modesto tratamiento de las superficies, la relación con el exterior y la continuidad espacial denotan algunas de las características comúnmente asociadas al Movimiento Moderno.
“me gustan las casas vacías de muebles e inundadas de luz. Me gustan las casas de paredes lacónicas que se abren, amplias, dejando hablar al cielo y a los árboles” - Victoria Ocampo
Diseñada a escala humana en su totalidad, propone un juego de cubos y prismas desnudos y blancos. Sus amplias aberturas, dispuestas libremente en función de cada habitación, aportan una mayor luminosidad y contacto con el exterior. Los espacios, las aberturas y las chimeneas se distribuyen respetando los ejes de simetría y también los órdenes compositivos clásicos. Las rejas en su fachada marcan un adentro y un afuera, generando un ambiente permeable y, a la vez, privado.
Entre los diversos dueños que tuvo la propiedad, se encuentra Amalia Lacroze de Fortabat, presidenta del Fondo Nacional de las Artes entre 1992 y 2003. Amalia la adquirió con el fin de hacerla parte de los bienes patrimoniales del Estado y dado que esta vivienda familiar pasaría a convertirse en un espacio de uso público, se le encargó el proyecto a Luis Benedit y Alejandro Corres.
Hacia el año 2005, la casa abrió al público como la Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes (FNA), organismo que Victoria Ocampo presidió entre 1958 y 1973, ofreciendo un espacio de difusión para las producciones artísticas del país. En abril del 2016, el FNA comenzó la restauración y puesta en valor de la casa de la escritora a partir de una investigación que contó con la participación de especialistas en diferentes disciplinas indagando en los archivos, realizando los correspondientes relevamientos y definiendo los criterios de valoración y protección sobre los componentes arquitectónicos, paisajísticos y decorativos.
Fuente:
- Fondo Nacional de las Artes, Historia de la Casa de la Cultura.
- Sonia Berjman, (2007). La Victoria de los Jardines: el paisaje en Victoria Ocampo, Capitulo 6. Las casas modernas y (sus jardines).
- Chikiar Bauer, I. (2016). Virginia Woolf y Victoria Ocampo: el arte de conjugar modernismo con una domesticidad sin constricciones. Revista De Culturas Y Literaturas Comparadas, 6.
- Manuela Barral, (2021). Victoria Ocampo y la arquitectura moderna: Una extraña invisibilización. Vivienda Y Ciudad, (8), 210–226.
- Jorge Francisco Liernur, Fernando Aliata. Editor: Berto González Montaner. Diccionario de Arquitectura en la Argentina. Estilos obras biografías instituciones ciudades. Clarín arquitectura, 2004.
- Área: 900 m²
- Año: 1928
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Fotografías:Agustina Iñiguez